martes, 12 de diciembre de 2017

Únicamente mía





     He descubierto que la mitad que estaba esperando siempre había estado conmigo, a fin de cuenta siempre he sido yo la que mejor me ha comprendido, quien más me llena y me consiente cuando lo necesito, con quien mejor disfruto de un café, de un libro.
 
     Definitivamente conmigo es con quien más me río, más disfruto y más vivo, no necesito a nadie más para ser feliz, solo estar conmigo, no sé si escandalizarme o felicitarme. Puedo enojarme conmigo misma y al instante reconciliarme, no me guardo rencor, me perdono constantemente y sobre todo vivo intensamente.

     Soy yo quien mejor sabe darme espacio y a quien más necesito, conmigo puedo salir un viernes por la noche y despertarme al siguiente día sin temor al compromiso. Puedo esperar más de mí sin miedo a decepcionarme.

     Tengo sed de vivir tanto; de crecer, de edificarme, de superarme, de andar por ahí sin explicarle nada a nadie, y es que ya no tengo tiempo para esperar nada de nadie. Por mucho rato deseé encontrar en algún lugar a mi otra mitad, esa que me llenara y me complementara, ¡vaya que estaba equivocada!

     Que fortuna el poder vestirme y llevar el cabello como se me dé la gana, sin importarme las opiniones de la gente porque solo yo puedo gobernarme, y es que soy entonces únicamente mía, no de nadie.