miércoles, 8 de octubre de 2014

Carta a la Nostalgia.





Querida amiga:


   Siguen pasando los días y cada vez se me es más difícil aceptar que ahora eres mi fiel compañía, luego de la ausencia de aquello que me hizo sentir tan viva y ahora solo me produce tristeza tras recordar cada momento maravilloso y ahora extinto en mi vida.

Misteriosa amiga compuesta por nueve letras, ahora te siento cada vez que me invade un recuerdo que aun deseo revivir.

A tu lado se me escapan sonrisas al pensar en lo que pudo haber sido. A tu lado también comprendí que cuando amé a quien tuve realmente al frente fue a mí misma reflejada en quien amé.

Dicen que solo se ama una vez, no sé si ésta fue  la única o si todavía no he amado por primera vez.

En tu compañía me toca aceptar que hay de quienes son solo ave de paso en mi vida y que solo pasan para dejarme un aprendizaje importante, una huella  imborrable.

Cuan ruda sueles ser a veces,  pero tan necesaria para edificarme.
Me haces callar y escuchar los gritos más profundos  del silencio, luego en la desesperanza que me ocasiona el mismo, me induces a hablar para desahogarme y reponerme.

No quieres enseñarme a soltar aquello que no es mío, eso me hace comprenderte cada día menos.

Sé que al final tú no eres ave de paso, tú siempre eres esa ave que se va y regresa al nido, supongo que de eso se trata la vida, de vivir y de que regreses a mi vida. 

En fin querida amiga, no sé si darte las gracias, o repudiar  tu compañia.


                                                                                                              Atte: tu tan  nostalgica amiga.