Así le llamo al disfraz que usamos a veces para esconder nuestros sentimientos y
quienes somos realmente, lo peor de todo es que lo hacemos por miedo y/o cobardía.
Miedo a un cabio y cobardía para afrontarlo.
Mostramos ser una cosa totalmente diferente a
la que somos, es una especie de escudo… escudo que nos puede hacer perder
grandes milagros en nuestras vidas.
Confieso que le temo a esta generación a la
cual pertenezco, pues hemos llegado al límite de negarle una sonrisa al rostro de nuestros seres queridos,
al no expresarles los más sinceros sentimientos de amor y afecto.
Llegan a nuestras vidas personas maravillosas
que se cansan de estar allí y no recibir sentimientos recíprocos, entonces estas
se marchan. Vale destacar que las
perdemos pura y simplemente por idiotas… ¡Siiiiiii!!!!! ¡Idiooooootas!!!!! Es así
como realmente nos deberían denominar,
por dejar ir tales bendiciones.
Existen esos sujetos que aparentan ser una cosa con el propósito de simpatizarle
a los demás, me tomo el atrevimiento de decirles, que han perdido su esencia y
adivinen ¿por qué?... ¡POR IDIOTAS!!!!
Sin duda, debemos ser transparentes sin miedo
alguno, total… TIENEN que querernos tal
y como somos. Aunque a veces no se aparenta por simpatizar, sino por miedo,
miedo al amor por ejemplo.
Nos escondemos tras un escudo por cobardía de
darle la cara, sin caer en cuenta de que…
hagamos lo que hagamos de ese señor (amor) no nos salva nadie.
Me he topado con seres camuflajeados en palabras como: no ser convenientes, no ser cariñosos, que no
esperemos nada de ellos y bla bla bla…
Entonces, resultan ser la otra cara de la moneda, siendo así, magníficamente
adorables ¡toda una confusión!
Quizás lo
hagan por miedo a darse cuenta que los queremos como ellos no saben quererse, también puede que lo hagan para no
lastimarnos, ignorando que con esa actitud es como verdaderamente nos lastiman.
Ese escudo, ese camuflaje, termina rompiéndose, cuando nos aceptamos a nosotros mismos y reconocemos la maravillosa persona que
está ahí, dispuesta a entregarnos toda su vida. entonces luchamos junto a ellas para formar un futuro maravilloso.
De nuestra parte solo queda decidir, no
debemos apostar a perder.