jueves, 12 de junio de 2014

Enferma Sociedad


Hoy día, no es nada fácil el salir a la calle y toparse con gente muy diferente a ti, se necesita de mucha tolerancia para sobrellevar  esta carga.

Esta sociedad está tan enferma que exige pensar, hablar  y actuar como ella; lo cual no seria muy saludable el seguir sus ordenes.

Me parece una completa aberración, el aparentar estar domesticados para encajar en una sociedad a la que si respiras o no, le sigue importando menos cada día.

Antes pensaba que la mucha gente que me rodea, quizás necesitaba ayuda médica, debido a tener comportamientos inhumanos;  hoy pienso que soy yo la que tal vez necesite ayuda, por tratar de entenderlos y no de aceptarlos, pues sin darme cuenta estaba comportándome de la misma manera egoísta que a ellos les caracteriza.

Lastimosamente vivo en una sociedad en la que hasta dar los buenos días,  sabe simplemente a rutina, la educación se fue de viaje y la tolerancia quedó sin empleo.

Ya eso de que debemos amarnos unos a otros, es pura falacia. Al transcurrir el día voy observando como ya la gente no da permiso en una cola, los jóvenes ven a los ancianos de pie desde sus asientos, las insolencias son tendencia y el criticar a otros, el mejor pasatiempo. 

Me aterra pensar que de momentos, quizás  he actuado como ellos y lo peor es que sin beneficio alguno. En ocasiones, he tratado de complacer a mucha gente, lo que me indica la posibilidad de estarme contagiando.

Es que todavía no acabo de comprender que la gente es como es y hagas lo que hagas, vas a seguir teniendo el mismo valor para ellos.

Muy lamentable es que quieras a tanta gente, que ni siquiera saben que es querer, ya los sentimientos en esta sociedad, valen lo mismo que la moneda venezolana. 

Pues sí… creo que la que primero necesita ayuda soy yo al darle tanta importancia, o al hecho de restársela  y comportarme como ellos ¡que dilema!

Me di cuenta que esta sociedad está en un estado tan deplorable, que ya no es merecedora de mis palabras y sonrisas.

Entonces, como todavía gozo de un golpe de filantropía y optimismo, creo que el cambio está en uno  mismo, aunque a veces me dé solo por respirar y dejar todo igual. 

Pero como ya hay menos gente interesante y más interesada, tal vez sea mejor guardar mis palabras y sonrisas para quien como yo, aborrezca esta asquerosa sociedad por miedo a enfermar,  y las aprenda a valorar…