martes, 13 de agosto de 2013

Jesús, UN GRAN MAESTRO



Sí que es un gran maestro, nos enseña el camino a donde ir en busca de Dios, no nos da batalla sin armas y nunca perdemos la guerra porque mediante derrotas aprendemos nuevas lecciones. 

Nos escucha detenidamente y cuando decide por nosotros es porque sus planes son mejores que los nuestros.

Siempre nos perdona sin rencor alguno, porque somos sus hermanos, hijos de un solo Dios.

Se adapta a nuestro lento caminar y gradual aprendizaje.

Es el más paciente de los hombres, pues tiene que lidiar con nuestra terquedad.

Cuando nos entregamos a él, formatea nuestras vidas de una manera increíble.

Poniendo nuestra confianza en él nada pero absolutamente nada de lo que nos suceda será para mal.

Sufriendo y cayendo mil veces su mano hemos sentido, sin él no podemos vivir, es tan indispensable como el oxígeno mismo.

Es un ser tan admirable que llegó al grado de dar su vida por nosotros, y que mejor manera de agradecer sino es seguirlo y alabarlo y darle mil gracias a Dios por haberlo enviado para nuestra salvación.

Me enorgullece el puro hecho de que él sea UN GRAN MAESTRO sin siquiera haber pisado una universidad, pero tiene el grado más alto de sabiduría. Y cómo no... Si es que tiene la dicha de poseer los dones del Espíritu Santo en su totalidad.

 Exaltado sea por siempre Jesús que sin él te aseguro que nos perderíamos. 

Estas líneas son demasiado cortas para rendirle tributos, pero hoy tuve el deseo de dedicarle este espacio al hijo de nuestro creador.
Te amo Jesús, en ti confío. Gran maestro, señor de señores.