lunes, 11 de noviembre de 2013

Moral para exigir


Muchas veces hemos escuchado que nuestras acciones nos definen, que las mismas hablan por sí solas y bla, bla, bla!... Eso es correcto, para que los demás tengan una definición de notros no es necesario abrir la boca, basta con un par de acciones.

Como buenos humanos que somos, líderes en errar y campeones en justificar, criticamos a los demás sin siquiera mirarnos al espejo unos segundos.

A veces no somos los indicados para señalar o reclamar actitudes, pero sin embargo lo hacemos.

Día tras día no solo nos enfrentamos a nuestros comportamientos,  sino también a unos ajenos a nosotros. La diferencia entre ambos es que, los nuestros no los vemos mal o simplemente pasan por desapercibidos, mientras que a los ajenos le buscamos mil y un defectos.

No obstante, tenemos la gallardía de reclamarle a los otros acciones que también hemos realizados… ¡que bárbaro! 

A veces cometemos errores gracias a esas acciones, entonces por afecto y/o cariño queremos alertar a los otros para que no cometan el mismo error.

 Vale destacar que al hacer eso, cometemos nuevos errores como lo son: El creer a ciegas que los otros aprenderán de nuestros errores sin haberlos vivido, el reclamar, señalar y juzgar, creyendo que así nos harán caso, obviando que nosotros pasamos por las mismas circunstancias, de paso nos creemos perfectos  y nos portamos intolerantes.

Somos como ese padre adicto al cigarrillo que reprende al hijo porque este también fuma.

¿CON QUE MORALLLLLLLL?... ¡por Dios!

Con que moral juzgamos si somos iguales o peor de imperfectos, definitivamente es la intolerancia y ausencia de cultura  lo que va a terminar con nuestras vidas.

No podemos exigir aquello que no tenemos o no sabemos dar. ¿Cómo se nos ocurre pedir amor, si ni siquiera sabemos amar? 

Definitivamente, no podemos pedir lo que no poseemos, no podemos exigir el cumplimiento de normas que nosotros “literalmente” pisoteamos. 

Debemos tomar conciencia y auto-exigirnos el doble de lo que vayamos a exigir a otros. 

Trabajar arduamente en nosotros para así ser  un verdadero modelo a seguir, de eso se trata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario